Leí un cuento de Omar Bravo: La Penthouse del mes. De entrada haré algunos señalamientos sobre el mismo:
1.- El cuento se atropeya demasiado al repetir "Señor Perez" constantemente. Con ello le gasta fluidez al texto.
2.- Dá, en demasía, detalles innecesarios de los personajes y las circunstancias, restando al cuento recovecos que sí son indispensables para lograr la veracidad necesaria y el misterio que todo cuento debe tener: nunca hay que dar muchos datos al lector; él mismo debe encontrarlos en la historia.
3.- Sobrecargar de datos una circunstancia no es sinónimo de ambientar un entorno o explicar la personalidad o el físico de un personaje. Cito: "El señor Pérez, hombre famélico, úlcera gástrica, misógino las más de las veces, fervoroso creyente de la medicina oriental, no pudo evitar que la sangre, como una aguja china que se inserta de pronto, tibia, deliciosamente, le hormigueara en el miembro completamente fláccido, habría que decirlo, como una media mojada." Ello, hace un personaje acartonado. Mi recomendación sería explicar estas características en el trascurso del cuento, pero sólo las necesarias.
4.- Otro problema que veo es la saturación de adjetivos sobre un mismo evento, llenando de paja las líneas y haciéndolo, erroneamente, más largos. Pareciera que a Bravo le pidieron un número determinado de cuartillas.
5.- El hecho de hacer de la mujer un personaje desinhibido ante un hombre retraído, y la constante referencia de los placeres sexuales de ésta, trae como consecuencia que el final se descubra antes de llegar al clímax del mismo texto, y se acentúa más al narrar, en forma de crescendo, cuando los personajes llegan al departamento. El nudo de la historia se vuelve endeble, presintiendo así el final. Que las insinuaciones de la mujer son mentiras, que pasará algo -sea lo que fuere- que no lo lleve al fin de la propuesta y quede, aún más, sin sentido su vida, como el mismo autor lo va mostrando. Porque al menos, al leerlo, dá la sensación de que el autor trata de darnos una sorpresa.
6.- Sin embargo, creo que el cuento describe una párabola desde el inicio hasta el final. Desde las propuestas de sexo hasta el decaimiento moral y de ánimo del personaje Pérez. Pero lo que le faltó a la historia, para que esa párabola describa en su totalidad el sube y baja del drama, fue que Omar lograra sujetar los cabos que él mismo deja sueltos, sin una concordancia aparente, como en los otros puntos señalo.
7.- El final sí que es grandioso: "El señor Pérez en un lento, convencido gesto de abandono, de tedio, de pereza, suspiró un par de veces, se rascó la cabeza y abandonó la cama. Luego, sintiendo el borde frío del escusado oprimiéndole las nalgas, la dureza de las rodillas en el pecho, la blancura resplandeciente de los azulejos en el baño, su barriga increíble, mientras imaginaba aquel cuerpo desnudo y delicioso, firme, joven, imposible, se cortó una a una, lenta y trabajosamente, las uñas de los pies." Creo que cada uno de los adjetivos están en el lugar preciso y dando la pausa para llegar a un final de tedio. Por sí solo es una estampa; lo que puedo recomendar a Omar Bravo, es que en base a este final rehaga el cuento, que en verdad lo merece. Aunque diga alguien por ahí: lo escrito, escrito está.
P.D. Este comentario es a título personal y no necesariamente refleja la verdad. Es, como yo, el autor de este escrito, mira desde su perspectiva lo hecho por Omar.
lunes, 18 de junio de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios:
Tienes razón en dar una crítica no congratulatoria de lo que lees, pero, compadre, ¡CUIDA LA MALDITA ORTOGRAFÍA!
No es tan difícil y sí la neta se ve bien sarra que alguien corriga a otro en un código lleno de errores.
Donde consigo un libro tuyo?
tux! tux! palmaditas de espalda
JA...
Tenía rato sin leer las andanzas de un vengador anónimo de las letras.
Muy divertido. Usted siga con sus pestilentes comentarios. Se ha ganado un lector (bueno o malo) pero lector al fin de cuentas.
Respecto a lo que dice Mal Pacheco, coincido con él; La ortografía no le hace daño a nadie.
a caón...!!
No, pos gracias por tomarte tu tiempo pa leer el cuentacho ese, y sí, tienes razón respecto de algunos de los puntos qur tocas. Una de las cosas que intenté hacer con ese texto fue precisamente una acumulación de imagenes y descripciones en caída libre, una cascada de elementos que fluyeran rítmica, musicalmente de principio a fin, como si se tratase de una especie de estribillo, de cancioncilla. No creo que haya cumplido el cometido del todo, y la verdad aunque no me va la vida en ello, no es una mala idea reelaborar algunos fragmentos del texto.
saz.
Qué tal pestilente. He andado ocupado, ya hasta se me olvidó en qué nos quedamos. Ahora sigue Omar Bravo? A ver. Leeré su texto.
Oye, por qué no me dices ya quién eres, pues-
Pásale, en mi alacena hay cacahuates japoneses. espero que te gusten, no tengo nada más.
Al rato regreso.
Otras cosas:
-¿El chufa se refiere a mí cuando dice que tengo un código lleno de errores?
-¿Juan sabe quién eres?
-Chócala, Buba.
-¿Ese David Cano habla de un cómic? Cómo hay rencores.
-Pinche Omar. Por qué dices "cuentacho ese"
no le hagas caso al avocastro del carlos mal pacheco, dicen las malas lenguas que se masturba con Lazaro Carreter.
perdón, es Lázaro; no se vaya a ofender el onanista.
ja, ja, ja.
Publicar un comentario